Lucio Gutiérrez / Coronel del Ejército que dirigió la toma del Congreso‘El desenlace pudo ser más grave’En el balance final, reconozco como una de las acciones más maravillosas de la vida el haber actuado el 21 de enero de 2000. En ese episodio, renunciamos a nuestra carrera militar por la patria. Por ejemplo, a mí me asignaron en aquel tiempo ir de agregado militar a laEmbajada en Estados Unidos. No es fácil arriesgar esos privilegios y la tranquilidad familiar.La situación de descontento que vivía el país pudo desencadenarse en algo mucho más sangriento y lamentable en cuanto a pérdidas humanas, si los militares -en lugar de unirnos a los indígenas-, los reprimíamos. La orden que recibimos fue terminante en contra de la gente que estaba protestando. Incluso, se dijo, que una vez agotadas todas las instancias se podía disparar. Así de drástica fue la orden que serecibió.Diez años después, la tensión ha regresado al país. Ahora existe demasiada persecución por parte del Primer Mandatario.Los mandos militares se han sometido en exceso a este Gobierno y se ha perseguido a los pocos militares activos que participaron en la gesta heroica del 21 de enero.Rafael Correa tiene que terminar su mandato, a pesar de que su gobierno es el peor de los últimos años. El pueblo tiene que derrotarlo en las urnas.Claro que para hacerlo hay que cambiar a esa cueva de ladrones de votos en el Consejo Nacional Electoral. Correa copió muchas de las propuestas que teníamos como Gobierno (la nueva Constitución, auditar la deuda pública...) pero que a mí no me fue posible impulsarla por la oposición del Congreso. Yo sé que Correa y Alfredo Palacio conspiraron en mi contra.
Análisis:
El grupo de militares que custodiaba el Palacio Legislativo permitió la entrada de miles de indígenas de la Conaie que días antes habían llegado a Quito para protestar contra el gobierno de Jamil Mahuad y su política económica.
martes, 26 de enero de 2010
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